Chuang Tzu: el gobierno, la inutilidad y la sabiduría.

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«El hombre perfecto se ignora, el divino desconoce la acción; el verdadero sabio desprecia la reputación.»

– Chuang Tzu


Redactado por: Javier Gallego Alonso.

Puede que este hombre sea el más grande filósofo sobre el que me he informado hasta el momento. No digo esto porque sus ideas coincidan con las mías; varios genios posteriores a él han dicho lo mismo: Oscar Wilde, Edgar Allan Poe, Henry David Thoreau, Marguerite Yourcenar, Walt Whitman, etc. La diferencia estriba en que Chuang Tzu lo dijo hace más de dos mil años, y de forma tan o más pura.

Toda su filosofía es sugerente, maravillosa, peligrosa, atractiva… pero yo me quiero centrar en sus ideas ante la sociedad, el gobierno y la política. Fue contemporáneo de Platón, con el cual compartía la virtud de los idealistas; pero Chuang Tzu fue probablemente más lúcido que él, e incluso más que su maestro Sócrates.

Creía –esbozando simples pinceladas sobre su pensamiento– que el gobierno era una pérdida de tiempo, de energía; la humanidad, a sus ojos, no está hecha para ser gobernada ni tampoco para cultivar supuestas virtudes como la bondad o la caridad de forma artificiosa en su corazón.

Decía Chuang Tzu: «No hagas nada y todo estará hecho». Creo que tenía toda la razón. La existencia de un mundo más sano pasa por ahí: la inacción. El Hombre ha olvidado su unión con la naturaleza; cree que le pertenece cuando en verdad esta es parte suya, y él parte de aquella: son lo mismo.

El gobierno es una estupidez porque merma la libertad individual del hombre y estanca su desarrollo: al rico lo convierte en matón y al pobre en un cobarde egoísta; enseña moralidad y provoca escepticismo (esto no ocurriría si cada hombre supiese únicamente su propia verdad); inculca una educación en la que se yerra al castigar y premiar, quiere difundir entendimiento cuando este es lo único que no se puede enseñar, e impone un sistema de distinciones y susceptibilidades; degrada al Hombre y provoca su revolución…

El gobierno nunca será un ente perfecto; si contenta al pueblo, este quiere más y se vuelve inconformista, ya que siempre se le inoculará el veneno de la prohibición que envenena el alma; si ejerce la opresión y el terror, el pueblo se acobarda, se desespera y se enfada… ¿Cómo va el ser humano a construir un buen gobierno si nunca ha sido capaz de gobernarse a sí mismo?

Chuang Tzu abogaba por una vida totalmente simple, esto es, perfecta. El Hombre tejería su propia ropa (la necesaria), cultivaría su tierra, mantendría a los animales y ellos lo mantendrían a Él; si nos extendemos a partir de aquí, nos excedemos. ¿Desde cuándo hay que ser generoso por deber? Esta conducta sólo sirve para malgastar energía en algo que puede no ser inherente a tu carácter. ¿Por qué hay que ser útil; desde cuando debemos ser productivos? Lo asimilamos porque nos lo dicen desde que el Hombre invento esa cosa llamada sociedad, ¿verdad? La sociedad es un monstruo hipócrita y –por tanto– moralista que juzga: inteligencia, belleza, astucia, etc., ¿para qué? El apego a lo material y las posesiones son un veneno; la economía es el cáncer que la sociedad se ha inducido; un cáncer que nos consumirá a todos, desde luego.

Con la vida sencilla (perfecta) aprendes la mejor virtud que imaginar quepa: la contemplación. Lo que es, es, y será lo que deba ser. Nada más. De esta manera, nadie se inmiscuiría en asuntos ajenos, ni gastarían recursos en ser algo que no son; su voz sería como la de un eco que no deja rastro después de ser oído.

Por todo lo expuesto hasta ahora, podría decirse lo siguiente: la política –tal y como la conocemos– es inútil. La política no es otra cosa que un remiendo social junto al gobierno; una chapuza.

La democracia que  no existe también es injusta: no es otra cosa que la tiranía del pueblo gestionada por egoístas aprovechados. ¿Por qué ha de valer un voto de una señora de setenta años, rica y que vive en su planeta, tomando el vermut excesivamente perfumada con sus amigas los domingos, más que el de un pobre diablo que no llega a fin de mes? Existen mejores opciones de gobierno que las que hoy sufrimos; eso es lo más patético del género humano: tenemos algo más justo a la vuelta de la esquina y no nos atrevemos a doblarla. Yo no puedo ofrecer modelos alternativos por ignorancia, pero viendo cómo está todo de jodido han de existir por fuerza mayor. Sí conozco remiendos dentro del gobierno actual que podrían aplicarse; aunque sólo sean remiendos, algo es algo.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Bruno Herley dice:

    Solo hay que contemplar, como dicen los budistas, y tal vez ni eso.

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  2. Hacía mucho tiempo que no encontraba artículos sobre filosofía oriental. Me ha parecido una entrada interesante y que resumen de una manera coherente la filosofía de Chuang Tzu (a quien no conocía). Voy a añadirlo a mi lista de autores ahora mismito.

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    1. ¡Gracias por tu comentario! Nos alegramos de que el artículo te haya parecido interesante. Ciertamente, Chuang Tzu es un personaje bastante desconocido de la Filosofía general y la oriental en particular y siempre está bien encontrar a gente que se interese por él.

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